I. Introducción

Introducción a la Naturaleza y Forma de las Visiones de Ana Catalina Emmerick reveladas por Clemente Brentano.

“Para el que antes no crea en Jesucristo, tampoco creerá en mis visiones ”

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Todo es cuestión de creer

Si creemos y comprendemos, que el dolor al que se sometió nuestro Salvador durante su Pasión y su Crucifixión, es la demostración más grande del amor de Dios que hemos conocido en la historia de la humanidad, podemos captar la causa del éxito de la obras de Ana Catalina Emmerick. Es este sacrificio del “Cordero de Dios” el que vuelve a impactar los corazones de miles de creyentes en cada generación a lo largo de los siglos.

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El permanente conflicto que esto ha provocado, sigue sin ser resuelto y se mantiene en continua discusión. Así también las Revelaciones y Visiones de Ana Catalina Emmerick se mantendrán en vigencia y se discutirá su validez. No importa; los creyentes estamos felices, que el Señor se haya revelado en sus visiones para los que creen en EL. Ana, con la belleza interminable de sus narraciones, convence, fortalece nuestra fe y deleita profundamente nuestro corazón. Éstas tienen un poder similar al poder de la palabra consagrada de Dios. ¡Gracias Señor!

Para Ana Catalina, Jesucristo es el centro de todo y el testimonio de ello es el título de su obra, ya que abarca desde la Creación misma hasta la Vida, Pasión y Resurrección de Nuestro Señor, incluyendo todos los detalles de la vida de su Madre Santísima. Lo que llama la atención, es que desde que describe los Misterios del Antiguo Testamento, considera a Jesús como protagonista de todo lo creado, el eje de toda la existencia y centro de la Historia del Hombre, así como el héroe de nuestra Salvación. El testimonio de lo entregado por la visionaria, permite ir comprendiendo la respuesta de Jesús a Tomás Apóstol, cuando éste le pregunta: ¿cómo llegaremos al Padre? Y sin imaginarse la respuesta, el Señor le dice: “yo soy el camino, la verdad y la vida”. (Juan 14: 5-6) Nadie puede llegar al Padre si no es por mi”. Esta afirmación es tremenda, nadie más en toda la Historia de la Humanidad se ha atrevido a pronunciarla; y debemos pensar que solo el Hijo de Dios pudo hacerlo. Parece ser, que la verdadera comprensión del Evangelio es un proceso, que requiere de fe, sin la cual no podemos ser verdaderos creyentes nacidos en el espíritu, como le explica Jesús a Nicodemo. (Juan 3: 1-21)

Ana Catalina misma elige a Clemente Brentano, un poeta y escritor consagrado, amigo de Goethe y Görres, el que abandona su distinguida carrera y dedica el resto de su vida a anotar y analizar sus visiones y revelaciones. Se sabe que esto no constituyó una casualidad, sino que una predestinación. No es menor el mérito de Brentano, el estar 6 años al lado de la enferma, rescatando diariamente sus revelaciones, a pesar de todas las incomodidades que esto le significaba. Fueron más de 16.000 páginas de texto, anotadas en 22 cuadernos que contenían el borrador de la biografía de Jesús, en la ciudad de Dülmen (Alemania). Éste constituye el más extenso material nunca antes recopilado de un místico. Se puede suponer que este famoso escritor fue la mejor opción que pudo tener Ana Catalina para dar un testimonio creíble de sus Visiones, ante tanta incredulidad de su época, la cual persiste hasta el día de hoy. Los humanos son en su esencia incrédulos, ¡y no saben lo que significa su propia existencia, pero al parecer tampoco les interesa saber!

 

Así, estas revelaciones son solo para creyentes que tienen un corazón limpio, que buscan la verdad sin prejuicios y sin ideas preconcebidas de “cómo fueron las cosas”. Ya en los comienzos de la era cristiana, Nuestro Señor resucitado lo demuestra con ésta exclamación a sus discípulos en el Camino de Emaús: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! (Lucas 24:25. Biblia de Jerusalén)

¿Por qué al Hombre le cuesta tanto creer en Jesucristo? ¿Porque hoy no creemos? ¿Por qué no podemos creer a una vidente cristiana campesina, que eligió como a de recopilador a un escritor racionalista no convertido? ¿Y porqué creemos en cualquier otra teoría no comprobada, sin tener mayor evidencia? ¿Por qué dudamos de nuestra fe cuando leemos un artículo sobre la “evolución”, que no toma en cuenta a Dios? ¿Por qué no tenemos suficiente fe para creer en todo lo que la Biblia dice?

Debemos meditar sobre esto, pensando cuán alejados podemos estar de la verdad si nos apartamos de las palabras de Cristo; quién dio su vida y derramó su sangre preciosa para doblegar nuestra incredulidad. No podemos crecer en nuestra fe, si no leemos atentamente las escrituras. Sabiendo de nuestra frágil fe, Él también dijo: “el Cielo y la Tierra pasarán pero mis palabras no pasarán” (Marcos 13:31)

Invitamos a todos a ser creyentes fieles de las palabras de nuestro Señor y de las Escrituras que nos dejaron los Patriarcas y Profetas, tanto del Antiguo cómo del Nuevo Testamento, ya desde la creación del Mundo, de los Ángeles y el Hombre, sin las modernas exclusiones que limitan nuestra Fe. Así no correremos el riesgo que el Señor nos diga lo mismo que a los discípulos de Emaús, o lo que sería peor, si nos pasara lo que dice Ana Catalina al final de sus Visiones del Antiguo Testamento:

 

“Al día del último Juicio, todo esto aparecerá y el Misterio entonces será descubierto, para el espanto y terror de aquellos que se han burlado de ello”.

 

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Ana Catalina Emmerick orando con las manos en Cruz

 

Los Testigos de sus Visiones y Revelaciones

Fue el médico Guillermo Wesener, el 1 de Mayo 1813, quién testificó que Ana Catalina Emmerick tenía el don de “ver” y el poder de describir en detalle la Pasión de Cristo, como si la hubiese presenciado ella misma en forma directa y única. Las Visiones de la Pasión se le presentaban a la religiosa con mayor intensidad durante la Cuaresma de cada año. Esto atrajo a diversas autoridades civiles y eclesiásticas a comprobar en forma directa los acontecimientos y fueron éstos los que indujeron la fascinación que, por ella posteriormente se sentía, cautivando la atención del famoso poeta y escritor Clemente Brentano. Éste era, a quien ella llamaba “El Peregrino”, y a quien ya había visto previamente en una visión, como destinado por Dios a recoger sus revelaciones.

 

El Deán Bernardo E. Overberg, su confesor y director espiritual extraordinario, autor de numerosas obras de teología y ascética, también nos dejó sus testimonios acerca de Ana Catalina. Fue uno de los que alentó a que Ana Catalina comunicara sus visiones a Brentano. El Dr. Wesener, que se volvió gran amigo de Ana Catalina y por medio de la cuál recobró su fe perdida, dejó muchas notas muy valiosas de la estigmatizada, demostrando gran admiración por ella. Luego de Brentano, fue quién más pudo registrar valiosos datos suyos.

Clara Soentgen, hija del organista Soentgen, antigua amiga, gracias a la cual pudo entrar al Convento Agustino, fue quién descubrió sus estigmas y estuvo muy cerca de ella.

Luise Hensel, poetisa conversa, amiga de Brentano, que contaba con varias publicaciones literarias religiosas (entre otros personajes importantes del movimiento eclesiástico de renovación, al principio del siglo 19), buscaba el encuentro con Ana Catalina Emmerick junto a Clemente August (barón de Droste zu Vischering), Christian Brentano ( Hermano de Clemente Brentano), Melchor y Apolonia Diepenbrock.

El Sacerdote domínico Limberg, quien fue su confesor y director espiritual desde el convento agustino y posteriormente la cobijó en Dülmen.

Es necesario dar a conocer a los lectores que los restos del Dr. Wesener y del sacerdote Limberg reposaban cada uno al costado de la tumba de Ana Catalina, en la citada ciudad. Recientemente, debido a su beatificación, los restos de Ana Catalina fueron trasladados a la Iglesia inmediatamente contigua.

El abate francés Lambert también la acompañó durante su vida y la asistió en sus enfermedades. El jesuita bávaro, Johann Michael Sailer, que le presentó a Brentano, admiraba sus virtudes. El Conde Federico Leopoldo Stolberg, novelista y diplomático alemán, amigo de Goethe y Kloptock, se convirtió al cristianismo gracias a ella, junto a toda su familia.

También el obispo de Ratisbonne Mgr. Wittman, sucesor de Sailer, que fue muy considerado como hombre dedicado completamente a la fe en el sur de Alemania, exhortaba a Clemente Brentano a dar a conocer al mundo su trabajo cómo autor del libro sobre las visiones de Ana Catalina; esto después de haberse investigado cuidadosamente las experiencias del escritor y de la vidente.

El obispo le expresaba: « Dios, le decía, no le ha comunicado en balde estas noticias, Él tiene sus miras en ello. Comuníquenos usted algo que podrá ser provechoso para muchas personas. Y llamaba a estas almas videntes privilegiadas la médula de los huesos de la Iglesia ».

Todos estos sacerdotes y laicos constituyen los más cercanos testigos de la vida, visiones y revelaciones de los maravillosos dones de Ana Catalina Emmerick.

Edmond de Cazalès, abate y diputado francés, realizó la primera traducción de las publicaciones del alemán a un idioma extranjero. Viajando por Alemania leyó casualmente la Pasión de Nuestro Señor y quedó tan impresionado, que decidió traducir las obras de la visionaria.

De esta forma, sus visiones y revelaciones fueron comparadas y analizadas continuamente durante varios años por estas autoridades intelectuales que vivieron en su tiempo, ellos estuvieron presentes a su lado, en mayor o menor grado, después que debió abandonar el convento. Otros personajes, postreros a su época y que fueron eminentes, como los escritores León Bloy, Raisa Maritain, Pieter van der Mersch y Paul Claudel confiesan la influencia que Ana Catalina tuvo en el progreso de sus vidas.

 

Las Obras de Ana Catalina y su contenido

Clemente Brentano alcanzó a redactar y publicar << La Amarga y Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo » (Volumen IV) y luego la Biografía y Autobiografía de Ana Catalina, antes de su muerte. Ésta aconteció en 1833, nueve años después del fallecimiento de la vidente. La identidad de Brentano, en ésta primera publicación fue omitida intencionalmente por él, y fue atribuida a “El Peregrino” como escritor religioso y profético, apareciendo como autora solamente Ana Catalina Emmerick. Inesperadamente, se descubrió que La Amarga Pasión de Cristo se vendía como pan caliente, especialmente entre los ciudadanos religiosos y los campesinos. Se piensa que esto aconteció probablemente, porque a los laicos se les negaba el acceso directo a la Biblia.

Diez años más tarde Christian Brentano, hermano de Clemente, con ayuda de su esposa Emilie, publicó en 1843 “La Vida de la Santísima Virgen” (Volumen I) que el autor original ya tenía adelantada. Sin embargo y tal como lo anunciara Ana Catalina: “Brentano había hecho un bosque, al cual había que construirle los caminos”, fue así que ésta tarea recién fue acometida en su plenitud 40 años después del fallecimiento de los autores, por el redentorista Carl E. Schmöger. De tal forma hay que precisar, que después de ese largo período, la obra central de Emmerick- Brentano quedó constituida por 1200 páginas de texto, el cual fue titulada: “La Humilde Vida y la Amarga Pasión de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo y su Madre Bendita, junto con los Misterios del Antiguo Testamento”.

Ésta estuvo disponible para el público alemán entre los años 1867-1870.

El primer texto en Inglés fue publicado en 1914, casi 45 años más tarde y corresponde a la Cuarta edición en alemán del año 1881, versión del Muy Rev. Carl E. Schmöger, C.SS.R. La traducción completa del Alemán al Inglés fue realizada gracias al amor de una religiosa estadounidense, quien no pensando en sí misma, tuvo la gracia de querer permanecer en el anonimato.

Esta última obra, que se encuentra libre de derechos de autor, ha sido la fuente que hemos usado para traducir al español los temas que presentamos en esta página Web

Se debe mencionar que el primer registro de las anotaciones de Clemente Brentano, durante los años 1820/21, correspondió al “Reconocimiento de Reliquias Sagradas”. Las reliquias eran enviadas por Bernardo E. Overberg; para que a través de “El Peregrino” fueran presentadas para su examen a Ana Catalina. Estos testimonios constituyen un volumen separado de la obra principal; así como sus visiones y revelaciones de la vida de los Apóstoles, de los Mártires del Cristianismo y de los Santos, que también han sido publicados. Éstos documentos resultan ser tan valiosos y sorprendentes cómo el resto de sus publicaciones. El Dr. Guillermo Wesener y Bernardo E. Ovenberg contribuyeron enormemente con sus propias anotaciones, al registro de estas revelaciones. En estos primeros años la vidente también dictó los Misterios del Antiguo Testamento, revelaciones de suma importancia para ella, ya que, se establecen los fundamentos que darán origen a la ceremonia de la Santa Cena del Señor y se le da a conocer la Vida de Jesús, la que, según sus testimonios, se inicia desde la Creación misma del Mundo.

En años posteriores, a la muerte de Ana Catalina, Clemente Brentano trabajó en la investigación y en el ordenamiento de todas sus anotaciones, dándole su singular redacción poética a los escritos. Su intención era fortalecer y fundamentar el contenido de las visiones sobre la Virgen Bendita, la Pasión y Vida de Jesús como un testimonio auténtico, veraz y legítimo para que la opinión pública pudiera reconocerlo como tal.

Revelaciones del Antiguo Testamento

De la mayor importancia es el “Misterio” o “Depósito Consagrado” que Ana Catalina Emmerick menciona en sus Visiones del Antiguo Testamento en repetidas ocasiones. Como relata la vidente, se trata del “germen divino” retirado por Dios a Adán, antes de cometer el pecado original y que hará posible nuestra redención por medio de su restitución a través de Jesucristo, Nuestro Salvador.

En las revelaciones de los Misterios del Antiguo Testamento, Ana Catalina pone especial énfasis en Melquisedec, el que es mencionado en la Biblia en diversas ocasiones, el es generosamente estudiado dándole un papel vital en el origen y preparación de lo que será La Cena del Señor y es descrito además como una prefiguración del Jesús que vendrá redimir al mundo. El misterio del Arca de la Alianza es revelado y se explica por qué dejó de tener la importancia que tuvo en su comienzo.

También se revela que fueron más de cien personas las que entraron al Arca de Noé, puesto que no sólo existían hijos, sino también nietos y otros parientes que no son mencionados en la Biblia. Debemos considerar que, los tiempos de vida eran mucho más prolongados por aquellas épocas y que “los niños” que eran los hijos de Noé, superaban muchas veces los 100 años.

 

No todos los animales que existían pudieron subir al Arca. Noé dejó fuera a sapos y serpientes, los que se aferraron en la parte inferior de la construcción. Ella relata que muchos animales fueron creados por Dios después del Diluvio, como es el caso de los monos que “no vio en ese tiempo antiguo” y que junto a otros animales salvajes catalogados como inmundos aparecieron posteriormente, ello por causa del pecado del hombre.

Nota sobre El Deposito Consagrado o Misterio del Arca de la Alianza

Esta revelación de Ana Catalina, no ha sido muy conocida por nuestra actual generación, constituye un tema básico diseñado por nuestro Creador y es explicado por Emmerick-Brentano.

Es la conexión de la Vida de Jesús desde el Antiguo al Nuevo Testamento y la Historia de la Salvación del Hombre. Se trata de un Misterio Bendito y Sagrado, que fue entregado en primera instancia a Adán. Según Ana Catalina, cuando Adán fue creado, Dios depositó en él una bendición destinada a ser transmitida de generación a generación. Ésta es una sustancia espiritual, pero también una substancia real. Luego, a causa del pecado a Adán, le fue retirada por el Señor. Posteriormente será Abraham el custodio de ésta Promesa, la cual le es depositada por los tres ángeles en el lado derecho de su tórax. Ésta se transmitirá de un patriarca a otro a través de la Primogenitura mediante una Bendición del padre a su hijo, antes de morir. Aquí Ana Catalina explica por qué razón Jacob le quito la primogenitura a Esaú, mediante la intervención la madre de ambos, Rebeca; luego esta Bendición la efectuara Isaac a Jacob creyendo que bendice a Esaú, lo cual inicialmente le produjo contradicción, para luego aceptarlo como voluntad de Dios. A Jacob posteriormente le es retirada por un ángel, la que será más tarde transferida a su hijo José, cuando este recluido en prisión en Egipto.

Al morir éste, Moisés la recupera del cuerpo de José, en la noche previa, antes del Éxodo de los Israelitas de Egipto y esta constituirá la “sustancia bendita” que llevara el Arca de la Alianza en toda su trayectoria, custodiada por el Pueblo de Israel.

 

Posteriormente, debido a las vicisitudes de los Israelitas, del pecado y descuido de las cosas sagradas, como lo describe el profeta Jeremías en la Biblia, éste Misterio es extraído del Arca y depositado en Joaquín, padre de María.

Tal es la explicación y visión revelada por Ana Catalina Emmerick; cuyo contenido no ha sido rechazado por la Iglesia.

Así resulta ser La Virgen Bendita la receptora final de este “germen” para permitir la llegada de Jesucristo al Mundo y cumplir así con el Misterio de la Redención de la Humanidad Caída. El Depósito Sagrado es el signo concreto de la Alianza de Dios con la humanidad y es la prenda de la Redención por Cristo

Esta revelación de Ana Catalina es primordial y medular en su obra. En las anotaciones sobre los Misterios del Antiguo Testamento y Vida de la Santísima Virgen, se encuentra pródigamente explicado y analizado este enigma teológico que realiza un fantástico y maravilloso itinerario desde Adán a

María. N. del T. Consideramos que esto no es tan difícil de imaginar, ya que para Dios todo es posible. Por lo demás el ADN o material genético del hombre es transmitido de forma similar.

Quien explica en detalle el significado teológico e importancia del Depósito Consagrado, es el historiador Joachim Bouflet, en su traducción al francés de los Misterios de la Antigua Alianza de Ana Catalina Emmerick.

Fue Voluntad de Dios que todas estas revelaciones sean entregadas al hombre, para dar mayor entendimiento a los hechos que sucedieron en la Antigüedad, para que muchos creyentes fortalezcan su fe en estos tiempos de incredulidad. Es un regalo para los que creen.

Revelaciones de la Vida Publica de Jesus según Visiones de Ana Catalina

De los cuatro volúmenes mencionados anteriormente, editados por C. Schmöger y publicados en 1867-1870, llama mucho la atención, “La Vida Pública de Jesús” (Volúmenes II y III) que se inicia con La Tentación en el Desierto y las Bodas de Canaán, llegando hasta la resurrección de Lázaro y Su visita al País de los Tres Reyes Santos. Esta publicación está compuesta por dos volúmenes de 600 páginas y se considera una de las más fieles, en cuanto al contenido del texto original en alemán, con menos agregados posteriores y con muchos hechos no relatados en los Evangelios. Es la menos publicada y leída.

Llama la atención en estos dos Volúmenes, el extenso relato de la vida del Salvador, donde existen episodios no contados en los Evangelios Canónicos. En ellos tenemos detalles de la Vida de Juan el Bautista que son profundamente analizados, otorgándole la debida importancia como precursor de Jesús, el misterio de los Esenios es revelado, la historia de la conversión de María Magdalena aparece contada desde su infancia, el choque frontal de Jesús con los Fariseos es relatado como un conflicto imposible de resolver, los inexplicables fenómenos en relación a las posesiones demoníacas son también expuestos por la vidente. Se describe su amistad con Lázaro y su familia. El enigma de Judas es desarrollado en detalle.

 

Una opinión autorizada sobre la vida publica de Jesus

 

Al extenso manuscrito de Brentano concerniente a la Vida del Señor, quien fuera el famoso Monseñor Próspero Gueranger (1805-1875) O.S.B., restaurador de la Sagrada Liturgia, y una de las personalidades más insignes de Francia del siglo XIX. En su su comentario publicado en el diario “Le Monde” el 15 de Abril de 1860. Parte destacada de su opinión es: “He dicho que la Vida de Jesús me ha parecido más extraordinaria que la Amarga Pasión y la Vida de la Virgen. Pero lo que sorprende y convence en Ana Catalina, es la riqueza inacabable de sus narraciones, que aparta toda sospecha de personal superchería en esta obra de la Vida de Jesús; aquí se ha superado toda expectativa y no puedo dejar de exclamar ante tal inefable obra de arte: Digitus Dei est hic (“Aquí está el dedo de Dios”). Con seguridad podemos afirmar que Ana Catalina tuvo una misión que cumplir. Dios no da sin un especial motivo los extraordinarios dones que se han manifestado a través de ella. He señalado además que tales revelaciones están conformes con la Santa Iglesia.”

Es importante para los creyentes en general y para ésta generación incrédula, conocer la verdad de la Estigmatizada de Dülmen, ya que nadie como ella nos ha legado un testimonio visionario más extenso, detallado y profundo de la Historia de nuestra Redención. Fue solo debido al esfuerzo enorme y al trabajo en conjunto de los que estuvieron con ella en su tiempo, tanto de laicos como de religiosos, que se hizo posible después de

años de labor y lucha, su difusión contra todo tipo de adversidades materiales y humanas.

 

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Portada de la Edición de Colección Ilustrada, editada en 1881 por Karl Eduard Schmögers, con las Obras de Ana Catalina Emmerick y Clemente Brentano sobre La Vida Completa de Jesucristo, recopiladas en 1148 páginas de una edición de lujo. Fue publicada en alemán y posteriormente en inglés.

Una aproximación de Ana Catalina a de como “CÓMO VIÓ A JESÚS”

Los innumerables viajes de Jesús por la Palestina de la época son relatados con impresionantes detalles; estas caminatas de Nuestro Señor permiten identificar cada lugar descrito de la Tierra Santa con precisión asombrosa y total certeza geográfica.

Ana Catalina muestra a un Jesús incansable, caminando rápidamente de un lugar a otro, enseñando y curando a los enfermos, que por cientos lo esperaban en las ciudades, llenando las sinagogas y las plazas para recibirlo y admirarlo. El no pierde ni un minuto para el cumplimiento de su misión, como si el tiempo le fuera siempre escaso para anunciar que el pecado es la causa principal del sufrimiento humano y un obstáculo total para nuestra salvación. Para ÉL no existe la duda ni la vacilación, se le observa totalmente comprometido y entregado en forma absoluta a una urgente misión. Relata la vidente, que muchas veces los discípulos quedaban atrás, mientras Él caminaba rápidamente para llegar, a veces sin dormir, a un poblado cercano donde sabía que lo estaban esperando, enfermos, moribundos y posesos que tenía que curar y salvar. Ana Catalina relata una conversación, que nos ha llamado mucho la atención, que ella escucha entre sus discípulos, que dice así: “Pero entre ellos intercambiaban constantemente palabras de admiración por Su comportamiento, Su sabiduría, Su calidad humana, sí, hasta Sus atractivos personales. En Su ausencia y caminando detrás de Él, ellos se decían el uno al otro: ¡”Qué hombre! ¡Nunca antes hubo alguien como Él, nunca habrá otro como Él! ¡Cuán serio, cuan manso, cuan sabio y como discierne, y aún así, es tan sencillo! Dice Ana Catalina: Pero no pude entender perfectamente sus palabras, aunque las comprendí con mi pensamiento, ‘Uno de ellos ha dicho’: No se le puede mirar directamente a la cara, pues parece leer los pensamientos. ¡Mira Su figura, Su majestuosa apariencia! ¡Cuán rápidamente se mueve Él y sin ningún apuro poco digno! ¡Quien quisiera andar como Él! ¡Cuán rápidamente viaja Él de un lugar a otro, sin mostrar ningún signo de cansancio! Él está siempre listo para comenzar una nueva jornada, aunque dure muchas horas. ¡Qué hombre ha resultado ser! ”

 

Es impresionante leer estos relatos de la vida íntima de Jesús, vista por los ojos de una niña campesina, que sin haber leído más que la simple Historia Sagrada, cuenta detalles que no están en ningún momento en contradicción con los de los principios de la Iglesia, ni con los relatos de los Evangelios. Si uno es verdaderamente creyente, sin mayores intermediarios, ni prejuicios y es capaz de creer “todo” lo que la biblia dice, no encuentra contradicciones en lo que Ana Catalina “HA VISTO”, los hechos tienen que haber sucedido de alguna manera lógica y coherente. Creemos que éste relato es un complemento natural a la narración Bíblica, no hay artificio, ni paráfrasis en cada suceso descrito, tal es el realismo de los pormenores de algún episodios de “cómo sucedieron algunos acontecimientos bíblicos no explicados hasta ahora”. Así, de esta manera, uno mismo como lector, no duda, no analiza, ni se acuerdan, que el origen del relato es una historia entregada por una visionaria; y sin pensar, lo da como efectivamente cierto, como siendo algo evidente y natural. De tal modo son reales las visiones de Ana Catalina.

 

Ciertamente que antes que nada hay que tener fe y conocer las Sagradas Escrituras, y el problema de creer o no creer, estará resuelto y las dudas habrán desaparecido. (AMEN)

Internet, un nuevo medio de difundir la Verdad de Jesucristo

Hoy, gracias a Internet, los cristianos podemos tener acceso a testimonios como éstos, que de otra manera estarían en el “baúl de los recuerdos” o en los miles de archivos guardados por distintas entidades, que a nadie interesan, en antiguas bibliotecas, Iglesias o museos. Sucede que generaciones completas no han conocido ratificaciones de su fe, simplemente porque no ha existido el deseo y la misión de preservar el conocimiento para la siguiente generación.

Los historiadores religiosos solo han sabido guardar los archivos, sin publicarlos y sin pensar que la próxima generación, no sabe lo que sucedió en el pasado y desconoce la historia, incluso aquella de sucesos más recientes. Es como si no nos preocupáramos de la Fe que van a profesar nuestros propios hijos y los dejáramos a merced de la sobreabundancia de conocimientos que trae el modernismo y el desarrollo. Se ha privado de entregar y de preservar el conocimiento a miles de almas, de testimonios maravillosos que nos han legado hombres y mujeres cómo Ana Catalina. Sin embargo, los archivos son celosamente guardados, para que no se pierdan o no pasen a manos de personas no deseadas. Muchas veces el resultado es, que la información valiosa que contienen, queda escondida y así totalmente ignorada por los que vienen después. ¿Cuántas almas se habrían ganado para Cristo si supiéramos ser más previsores y diligentes en esta cuestión? ¿No podríamos decir lo mismo respecto a la razón, de porqué en nuestras escuelas ya no se enseña la Historia Sagrada a los niños? ¿Podremos así tener hijos con verdadera Fe, si todo lo que les transmitimos son conocimientos perecederos, aceptados por una mayoría, que se llama tolerante a todo tipo de creencias y costumbres?

 

Han sido ahora, los laicos como Mal Gibson, “un pecador de Hollywood”, lleno de enemigos en el mundo entero, los que han despertado y permitido una vuelta atrás en el tiempo, para poder mirar nuevamente la cara de Cristo sufriente y resucitado. Gracias a su “criticada” película, que miles de espectadores vieron en el mundo, este siglo ha podido saber, que existían las revelaciones de Ana Catalina Emmerick y era Voluntad de Dios que se difundieran.

 

¿Podemos afirmar, como a muchos se les suele escuchar, que Dios está en silencio? ¿Es efectivo el denominado “Silencio de Dios”? Creemos, que basta un poco de fe, ni siquiera demasiada, para darse cuenta que esta opinión es resultado de la escasa cultura religiosa que estamos recibiendo de nuestros predecesores.

Internet es una oportunidad única en la Historia del Hombre para acercarnos a nuestro Creador y tener acceso gratuito al conocimiento de la Verdad Evangélica, sin prejuicios ni restricciones. Pensemos que en este descubrimiento también está “el dedo de Dios”. Para aquellos ya mayores, para los que la muerte ya está más cerca, es un deber urgente ponerse al día con nuestro Salvador y Señor, ya que en cualquier momento podemos ser llamados a dar cuenta de nuestros actos y creencias.

También serán injustificables ante los ojos de Dios, nuestras mutuas exclusiones entre cristianos, condenando a nuestros hermanos en la fe. Tal postura es exclusivamente producto de la ignorancia y falta de cultura Bíblica, traduciendo un desconocimiento y olvido de la similitud entre la Historia Sagrada y la Historia Secular del mundo Occidental. Y como dice Lina Murr: “en el cielo no hay cisma”.

Después que Juan Pablo II tuvo la valentía de beatificar a Ana Catalina Emmerick, ha habido un renacer espiritual entre los cristianos, que añoran conocer las revelaciones de la estigmatizada de Dülmen y las diferentes Iglesias de la cristiandad se han interesado en sus visiones. Así, Mel Gibson, un Católico tradicionalista pre-conciliar, llevó La Amarga Pasión de Cristo al cine, con un éxito mundial extraordinario; y las diferentes Iglesias Evangélicas y Protestantes acudieron y aplaudieron el film con fervor y gran emoción. Ya el año 1976 el escritor alemán protestante, Frank Steinmüller, escribió La Dolorosa Pasión, y anotó: “Ana Catalina Emmerick vivió una unión misteriosa e incomprensible con Dios. Veía en forma directa la presencia y esencia de Dios y de Jesucristo.”

Como lo han constatado muchos, cada vez son más los evangélicos y católicos sensibles, que se interesan en ella.

La Opinion de una escritora e historiadora Ortodoxa

También la Iglesia Ortodoxa se ha interesado por ella. Lina Murr Nehmé, ya mencionada, escritora e historiadora ortodoxa, ha expresado: “Creo que el mensaje de Ana Catalina Emmerick es ecuménico y Ella ha vivido el Evangelio que nos pertenece a todos, pues pensamos lo mismo sobre los problemas importantes de la fe. Al querer escribir un libro sobre Cristo, me di cuenta, que aparte de la Biblia y de Flavio Josefo, no había más información de la vida y costumbres de esa época. Sacerdotes franceses amigos, me habían dicho que Ana Catalina ofrecía información arqueológica e histórica, que posteriormente se demostrará exacta, compré sus libros para contar con pistas que después podía verificar”.

Respecto a la arqueología, lo que “vio” Ana Catalina a lo largo de toda su vida, ha servido enormemente para investigaciones en ese campo. De sus visiones, el arqueólogo Reynolds descubrió los restos de la ciudad de Ur, en Caldea. La casa de la Virgen en Éfeso, resultó ser también, tal como ella la había descrito. Se descubrieron en 1981 los pasadizos bajo el Templo de Jerusalén, que Ana Catalina vio al contemplar el misterio de la inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

Todos los cristianos de cualquier parte del mundo y de cualquier Iglesia, pueden acceder a las revelaciones de Ana Catalina sin prejuicios; ya que sus revelaciones son exactas desde el punto de vista evangélico y no contrarias a la verdadera ortodoxia del cristianismo. Ella no critica, no censura, ni desacredita a los demás creyentes de su época, más bien profundiza y da luces sobre temas de fondo, que son motivo de reflexión, para todos los que buscan la verdad profunda sobre la incógnita de nuestra existencia y devenir, ante la proximidad de la muerte y la necesidad de nuestra redención por Nuestro Señor Jesucristo

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Es urgente leer la Biblia, como ha dicho Benedicto XVI y no podemos seguir perdiendo el tiempo sin conocer y examinar primero, quién fue nuestro Creador y Redentor.

Es y será inexcusable para Dios declararse ignorante ante Él, cuando ahora más que nunca, tenemos la posibilidad de conocer la Verdad Histórica, que es la misma que nos permite acceder a la verdadera FE. Se ha dicho que “El Cristo de la Historia es el mismo Cristo de la Fe”, sin duda que esto es verdad, pero a través de la FE, podemos conocer e investigar nosotros mismos las verdades de la historia que permanecerían ocultas a nuestro corazón si no la tuviéramos, ya que ésta FE nos hace ávidos de conocer más de nuestro Creador.

Las Visiones de Ana Catalina Emmerick

Ana Catalina relataba así las visiones de su Infancia:

“Cuando, hacia la edad de cinco o seis años, yo meditaba sobre el primer artículo del Credo de los Apóstoles “Creo en Dios Padre, Dios Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra” todo tipo de imágenes que se remitían a la creación del cielo y de la tierra se presentaban a mi alma. Vi la Caída de los Ángeles, la Creación de la Tierra y del Paraíso, Adán y Eva y la Caída del Hombre. (El pecado original) Creía simplemente, que todos veían esto, como a las otras cosas que nos rodean. Yo hablaba de esto a mis padres, a mis hermanos y hermanas, a mis compañeros de juego, contaba todo esto ingenuamente, hasta el momento que me di cuenta que se burlaban de mí, preguntándome si tenía un libro en el cuál todo esto estuviera escrito. Así comencé poco a poco a callar estas cosas, pensando, sin mucha reflexión, que era inoportuno de hablar de tales temas; no obstante, no me hice ninguna inquietud particular en cuanto a eso.”

Continué teniendo estas visiones, tanto por la noche como a la luz del día, en los campos, en la casa, cuando marchaba, cuando trabajaba, durante todo tipo de ocupaciones. Una vez, en la escuela, conté la Resurrección de modo totalmente diferente de la que nos había sido enseñada, sin ninguna malicia hablé de eso, con mucha seguridad. Para mí, ingenuamente, los detalles que yo sabía de Él, eran tan reales, como los acontecimientos pasados de mi vida. No tenía de ninguna manera, la idea que esto pudiera ser algo fuera de lo común. Entonces los demás niños, que quedaron estupefactos, se burlaron de mí y se quejaron de mí al maestro de escuela, el que severamente me prohibió entregarme a tales imaginaciones. Mis visiones siguieron, pero me las guardé. Parecía un niño que mira un libro ilustrado, explicando los cuadros a su propia manera, pero sin pensar mucho en su sentido. Las visiones no produjeron ningún cambio de mi fe, eran simplemente mi libro ilustrado. Las contemplé silenciosamente y siempre con el pensamiento puro: ¡Todo a la mayor gloria de Dios!

 

El mandato de comunicar sus visiones a Clemente Brentano como escritor veraz

“Yo te doy estas visiones, no para ti, sino para que sean consignadas: Debes pues comunicarlas. No es tiempo de obrar maravillas exteriores. Es necesario que se descubran muchas cosas ignoradas para mayor gloria de Dios y edificación de los fieles. Pero las visiones por si solas a nadie hacen bienaventurado: has de ejercitar, pues la caridad, la paciencia y todas las virtudes”

“También he sabido que nadie ha visto nunca estas cosas en el grado y medida en que yo las veo y he entendido que no son cosas mías, sino de la Iglesia.”

“Las admirables visiones del Antiguo Testamento y las innumerables visiones sobre la vida de los santos, me fueron comunicadas por la voluntad de Dios, no solo para mi instrucción, sino para que las publicara e hiciera conocer tantas cosas escondidas e ignoradas”. Muchas veces me fue inculcado este mandato.”

“He conocido en una visión que hace tiempo yo hubiera muerto, si no fuera porque debía dar a conocer estas cosas por medio del Peregrino (Clemente Brentano). El debe escribirlo todo. A mí me corresponde únicamente comunicar mis visiones. Cuando el Peregrino lo haya recopilado todo y todo esté ordenado, morirá el también.”

 

Cuando Ana Catalina quiso dar a conocer su s visiones y revelaciones, recordó a la Domínica Magdalena Lorger de Hadamar, también estigmatizada (1734–1806) y expresó: “De quien yo misma vi, a su confesor, no escribir bien y expresar más sus propias ideas, que las que le dictaban. He visto que los escritos del Peregrino sobre mis visiones, no demostraban gran admiración, escribían menos de lo que yo había visto y nunca escribió lo que no supiera bien. El Peregrino escribe en forma juiciosa; no escribe las cosas por sí mismo, tiene la gracia de Dios para hacerlo. Es como si él lo viera, no puede hacerlo nadie más que él”.

Sus visiones eran más abundantes y nítidas cuando estaba en contemplación o éxtasis. Al comienzo éstos se presentaban durante la misa o mientras oraba. También presentaba a menudo estos estados en relación a una actividad religiosa concomitante. Posteriormente en su lecho de enferma, sus estados místicos se hicieron más frecuentes.

La vidente recibió sus visiones del Antiguo Testamento especialmente en la niñez y juventud y las del Nuevo, ya en su edad madura. Además éstas no siempre fueron recibidas en forma ordenada, puesto que a veces fue necesario hacerle preguntas para completar el relato de ciertos acontecimientos importantes.

Sus visiones eran vívidas y claras representaciones de los hechos tal como sucedieron, con imágenes interiores auditivas y visuales, con un claro sentido espiritual, más que intelectual. Generalmente relataba lo sucedido después de tener un estado de contemplación o éxtasis y explicaba cómo habían sucedido los acontecimientos. Sus visiones podían repetirse muchas veces, dependiendo de la importancia que éstas tenían. Cuando quería relatar su visión y no recordaba claramente un hecho, podía volver a visualizarlo para aclarar algo que tenía confuso. Era como si los sucesos ocurridos estuvieran en un archivo, al cual sólo ella tenía acceso, al poseer estos dones sobrenaturales.

Cuando presentaba un éxtasis, su visión consistía en ver como en una pantalla de cine las escenas tal como habían sucedido, con sus hechos principales, sus diálogos, movimientos y actitudes corporales, es decir los lenguajes corporales y los modales de los participantes. Relataba particularidades familiares muy valiosas y detalladas. La exactitud en la descripción de las visiones se explica, porque ella se desplazaba al lugar descrito y podía observar cómo sucedieron los hechos en forma real. Podía mirar a través de los objetos, de tal manera que nada le impedía ver. Ocupaba el mismo sitio o alguno diferente, que los demás espectadores. Estaba presente en los hechos, si era necesario mirando desde arriba o cambiando de posición.

 

Sus visiones y revelaciones seguían el año calendario, de acuerdo a los hechos sucedidos cronológicamente, a lo largo de cada mes durante todo el año. En los acontecimientos religiosos, como Navidad veía los eventos del nacimiento del niño Jesús y en la Semana Santa los sucesos correspondientes a la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Desde la Ascensión del Señor hasta Pentecostés, siempre se entregaba a una contemplación interior, donde veía a los discípulos reunidos en una sala para preguntar al Espíritu Santo, y ella misma se encerraba con ellos en esta sala. Así, cada semana tenía visiones según el acontecer histórico y religioso que la fecha correspondiente recordaba y celebraba. Y no sólo del acontecer religioso, también presentaba visiones del acontecer histórico secular y laico, de hechos importantes ocurridos durante la misma fecha en el pasado, como el fallecimientos provocado en numerosas ejecuciones. Ella prestaba consuelo a los moribundos. Así, como por ejemplo, el caso de la visión de la ejecución de Luis XVI y María Antonieta. Muchos otros sucesos y acontecimientos fueron relatados por ella, con indescriptible realismo.

Clemente Brentano dice textualmente: “Ana Catalina veía el fundamento histórico de cada solemnidad religiosa que traía el año calendario, era más que celebrar un recuerdo; sus visiones eran cómo un acto de Dios, operando en el tiempo para la reparación de la humanidad caída. Todas las fiestas y solemnidades religiosas anuales eran como los frutos de los árboles que venían cada año según la estación. En sus visiones de cada día, no podían estar ausentes relatos de episodios del evangelio que correspondía conmemorar en esa fecha. Más aún, si ese día se celebraba una festividad religiosa. En el tiempo de Cuaresma, todos los años, Ana compartía los combates de Nuestro Señor contra Satanás en el desierto, tuvo que luchar contra muchos padecimientos y muchas tentaciones; por eso en el relato repetido de la Pasión se presentaban ocasionalmente algunos vacíos. Su amigo escribía lo que había oído y regresaba a las anotaciones de sus visiones recogidas anteriormente. Durante 1823 cumplió la promesa de referir la Dolorosa Pasión de Cristo.”

 

Brentano, al publicar la obra, relata en el capítulo 24 una interrupción de las Visiones de la Pasión, por la aparición de San José en forma de niño; demostrando así una coincidencia de sus visiones con las festividades históricas. “Al fin de éste año, tuvo por última vez una visión relativa a los negligentes resultados de la Iglesia militante y de sus servidores; vio cuantas gracias no habían sido cultivadas o recogidas y cuántas se habían perdido”.

Durante su estadía en el convento aumentan sus visiones de la Vida de Jesús, culminando con las visiones detalladas de la Pasión del Salvador, especialmente durante 1823, un año antes de su fallecimiento. Éstas fueron anotadas por Clemente Brentano. El relato de la Pasión de Jesucristo fue el único volumen que alcanzó a publicar Brentano antes de morir e hizo de Ana Catalina la más notable y famosa visionaria del mundo, hasta ahora conocida.

Ana Catalina hablaba el dialecto regional de Westfalia y muchas veces era difícil para Brentano su interpretación, a veces debía reconstituir la escena, cuando ella volvía a tener la misma visión en un nuevo éxtasis. Es por eso que se extendió tanto el relato de la Vida de Jesucristo, por los numerosos detalles que ella iba agregando año tras año en sus visiones. De éste documento extrajo su guión Mel Gibson, basando su Film en todos los detalles relatados.

Ana Catalina fue sometida a estricta investigación eclesiástica y civil

Para terminar este capítulo, hay que agregar que lo más sobresaliente de Ana Catalina Emmerick es que es una Mística Católica que sobrepasa los límites habituales de los dones entregados a los Santos y que su contribución es universal, pudiendo todos los cristianos acceder a sus escritos, sin temor a sentirse marginados por sus revelaciones, ya que ella no representa una postura institucional determinada. Quizás en esto influyó Clemente Brentano, cuando redactó sus testimonios, no lo sabemos. Lo importante de sus visiones es que pueden ser leídas por cualquier persona, aunque su educación religiosa haya sido distinta, siempre que esté buscando sinceramente su Salvación. Sus revelaciones fueron recopiladas por un consagrado escritor y poeta, junto a un grupo de obispos y laicos de iluminada claridad, que pudieron verificar metódicamente sus testimonios, ya que la acompañaron largo tiempo de su vida, después de que ella abandonara el convento. Debió asimismo soportar dos investigaciones prolongadas y escrupulosas, una de las cuales fue hecha por una Comisión Civil, profundamente antagónica, con el fin de descartar algún fraude en sus dones.

 

La separación obligada del Claustro Agustino en que residía, probablemente fue voluntad de Dios, ya que de otra forma habría sido muy difícil tener acceso verificable a sus visiones y revelaciones. Estos antecedentes la distinguen de las demás religiosas de vida contemplativa con dones espirituales, que si bien es cierto, pudieron haber sido más excepcionales que ella en su vida o sus milagros, pero no tuvieron una verificación “en vida” tan estricta como Ana Catalina, lo que constituye una garantía para los que leen sus testimonios. Sus revelaciones son extensas y completísimas, entregan información no sólo desde el punto de vista religioso y teológico, sino que nos brinda corroboración histórica y costumbrista, arqueológica y geográfica que coincide con la vida de ese mundo antiguo y que ha demostrado ser fiel y comprobable. Incluso, hasta en las condiciones meteorológicas de Palestina se observaron sus aciertos. Ya sean contribuciones al Antiguo o Nuevo Testamento, se comprueba que la historicidad de la Biblia es real, por lo tanto la verdad de los sucesos sobrenaturales también debe ser seriamente considerada. Sus testimonios y revelaciones coincidieron con la apertura de la Tierra Santa a la exploración arqueológica y al estudio sistemático de la historia antigua y su lenguaje. Aparecieron nuevas traducciones de la Biblia y se consolida la validez histórica de los Evangelios.

Por todas estas razones, muchos estudiosos de las escrituras han pensado, que sus revelaciones podrían constituir un Quinto Evangelio, ya que aclaran y dan luz a varios misterios que pueden tener una interpretación dudosa. También nos recuerda acontecimientos que ya han sido olvidados en el transcurso del tiempo, por no encontrarse en los evangelios canónicos.

 

La diferencia de mirar con los ojos y mirar con el Espíritu

 

A continuación sean han seleccionado algunos esclarecimientos sobre las características de sus visiones explicadas por ella misma:

“Yo no veo las cosas con los ojos, sino más bien me parece que las viera con el corazón, con el espíritu, internamente, aquí en medio del pecho. Esto me produce también una sensación de sudor en ese lugar. Veo al mismo tiempo con los ojos a las personas y las cosas a mí alrededor, pero no pongo mi atención en ellas. »

« Tengo que hacer mucho esfuerzo, porque en medio de una conversación, veo delante de mí, al mismo tiempo diferentes imágenes y cosas y oigo mis propias palabras y la de los demás como si vinieran de un depósito vacío. Me encuentro como mareada y a punto de desvanecerme. Mis respuestas salen tranquilas de mí y a veces más vivas, sin que yo sepa lo que he hablado.»

« La forma espiritual y sobrenatural de ver me arrebata con fuerza y es mucho más luminosa y clara que la forma natural de la vista con los ojos. Lo sobrenatural no actúa con los ojos. Estoy todo un día entre el volar lejano y el ver natural con los ojos.»

« El mundo próximo y su contorno, me parecen como un sueño turbio, impenetrable y desconectado, semejante a un confuso sueño. La forma sobrenatural me es luminosa, comprensible y con manifestaciones inteligibles y en el centro de ésta vista interna, veo cuánto hay de bueno y santo, ya que se reconoce su origen de Dios y el retorno a Dios. En cambio, en el mundo próximo se ve lo malo y la incredulidad que perturba en forma profunda, ya que se reconoce el camino ancho que viene del maligno y lo lleva hacia él, siempre contrario a Dios y a su creación. »

« He tenido la maravillosa enseñanza de cómo la vista de los ojos no es la verdadera vista, sino que existe otra, clara y luminosa, que es interna. Cuando debo permanecer mucho tiempo alejada de la comunión, una nube espesa me impide mi clara vista interna y olvido lo importante que son las revelaciones y exhortaciones, veo y experimento una opresión aniquiladora de la externa y falsa manera que son las cosas en este mundo próximo.»

«La vida en este mundo espiritual y sobrenatural no presenta impedimento alguno; ni de tiempo, espacio o de lo corpóreo, ni de secretos, donde todo habla y resplandece, es perfecta y libre, que en contraste a la vida ciega, torcida, balbuceante, real y actual, me parece un sueño vacío.»

De acuerdo a las diferencias que hace Ana Catalina, respecto a los dos tipos de visiones que describe, existen disimilitudes importantes para apreciar la realidad de las cosas que vemos. Esto puede variar enormemente de una persona a otra. Sin duda que nuestra mente es incapaz de conocer la verdad y la realidad de Dios. Faltando la ayuda del Espíritu Santo, no podemos ser creyentes, cualidad que pertenece al espíritu y no a nuestra mente biológica. Tal como Jesús le dice a Nicodemo:” En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto, no puede ver el Reino de Dios”. Juan 3:3. Biblia de Jerusalén. N. del T.

Descripciones personales de sus estados de extasis

« Lo que me llegaba y lo que pasaba en mí era incomprensible para mí misma, pobre campesina que era, que desde mi infancia lo hube probado (experimentado) constantemente y que jamás me hube asombrado. »

« Estos caminos peligrosos me hicieron poner atención en mi estado y tuve bien con no abandonarme a mis desfallecimientos.»

« Al principio mis hermanas, que no comprendían nada de todo esto, me hacían grandes reproches por quedar a menudo en la Iglesia, de cara contra el suelo y los brazos extendidos. Esto llegaba sin que pudiese impedirlo. También buscaba lugares escondidos, donde no podía vérseme fácilmente. Yo era arrebatada fuera de mí propio control, unas veces en un lugar y otras en otro, y quedaba inmóvil y los miembros atiesados, o sea prosternada sobre la cara, o arrodillada con los brazos extendidos y el capellán del convento me encontraba en este estado. »

« Mientras hacía mis funciones de sacristana, de repente era arrebatada y escalaba, subía, me mantenía en pie en las partes altas de la iglesia sobre las ventanas, ornamentos esculpidos, piedras en saliente; limpiaba y arreglaba todo en estos lugares donde hubiese sido humanamente imposible. Me sentía elevada y sostenida en el aire, y esto no me inquietaba para nada, porque estaba acostumbrada desde la infancia a que mi buen ángel me prestara asistencia. »

 

“A menudo en la meditación, parecía contemplar el cielo y ver allí a Dios. Cuando estaba en la amargura, a menudo me parecía que marchaba sobre una senda muy estrecha, de un ancho que era comparable al grosor de un dedo. A ambas lados veía negros abismos sin fondo: entonces todo me parecía bello y verdoso, y un hombre joven resplandeciente, me tendía la mano y me conducía sobre la senda estrecha. A menudo también Dios me decía cuando me encontraba en la desolación y la sequedad: ” mi gracia basta para ti, ” y esto me era muy dulce de oír.”

«El abad Lambert procuraba bien tranquilizarme; pero como sabía muy poco el alemán, me sentía fuera de estado de darle a entender claramente todos los incidentes de mi vida y mis tribulaciones volvían sin cesar.»

«A menudo también, decía, que mientras estaba ocupada en un trabajo o enferma y acostada en mi cama, me encontraba al mismo tiempo presente en espíritu entre mis hermanas; veía, oía y entendía lo que hacían y decían, o bien me encontraba en la iglesia delante del Santo-Sacramento aunque no hube dejado en absoluto mi celda. Cómo se hacía esto, es lo que no puedo decir. La primera vez en mi vida que percibí algo semejante, creí que era un sueño. Era en mi decimoquinto año, cuando ya permanecía fuera de la casa de mis padres.»

Mas revelaciones de Ana Catalina al Diario de Brentano

Su niñez

“Mientras aún era una niña, solía hablar con inocente candor y simplicidad de lo que había visto y sus oyentes se llenaban de admiración ante las historias que relataba de las Sagradas Escrituras; pero como sus preguntas y observaciones perturbaban a veces la tranquilidad, se determinó a mantener silencio sobre tales asuntos en el futuro. En su inocencia de corazón, creyó que no era correcto hablar de cosas de este tipo, ya que otras personas nunca lo hacían y que su discurso debía consistir sólo en “Sí, sí” y “No, no” o “Alabado sea Jesucristo”.

“Cuando había algo para ver u oír que no tuviera referencia a Dios o a la religión, encontraba una excusa para evitar el lugar donde los otros se amontonaban, o, si estaba allí, cerraba sus ojos y oídos. Acostumbraba a decir que las acciones inútiles eran pecaminosas y que cuando negamos cualquier gratificación de este tipo a nuestros sentidos corporales, somos ampliamente recompensados por el progreso que logramos en la vida interior, de la misma manera que la poda vuelve más productivas las vides y los otros árboles frutales.”

Su lenguaje

“Ana Catalina hablaba habitualmente el bajo alemán. En sus estados de éxtasis su lenguaje se depuraba con frecuencia; sus narraciones eran mezcla de sencillez infantil y de elevada inspiración. Su amigo leía lo que había oído. Luego regresaba a su casa, ya que en su presencia rara vez podía tomar notas. El Señor le dio la memoria, el celo y la fuerza de resistir a muchas penas y por eso pudo llevar a cabo este trabajo. El que escribe tiene la conciencia de haber hecho lo que ha podido y pide al lector, si queda satisfecho, la limosna de sus oraciones.”

Ella misma expresaba: “No puedo hacer uso de las oraciones de la Iglesia traducida al Alemán. Para mí son demasiado insípidas y demasiado repelentes. En la oración no estoy atada a ninguna lengua y en todo el curso de mi vida, las oraciones latinas de la Iglesia me parecieron siempre mucho más profundas y más inteligibles”.

Sus lecturas

“No había leído más que el Catecismo, la historia popular de la Biblia, los evangelios de los domingos y las fiestas religiosas del Calendario, las que parecían a sus ojos la fuente más profunda, con la cual pasaba de un misterio de la Redención al otro, a lo largo de todo el año. Constituían para ella las festividades religiosas una guía permanente y segura que nunca abandonó durante su vida. No había jamás leído ni el Antiguo, ni el Nuevo Testamento”. Cuando estaba cansada de contar sus visiones decía algunas veces: “léanlo en la Biblia” y se extrañaba mucho oír que eso no se encontraba allí y añadía: “Pues hoy se oye decir permanentemente que todo está en la Biblia, que no se debe leer otro libro…”

 

Sus visiones del Evangelio y del Antiguo Testamento

“De los Evangelios y del Antiguo Testamento nunca he retenido cosa alguna, pues todo lo he visto durante mi vida, todos los años, con claridad y puntualmente en las mismas circunstancias, aunque a veces variando la escena. Frecuentemente ocupaba yo el mismo lugar y posición de los demás espectadores y estaba presente en los hechos, solo variando de lugar; así pues no siempre estaba en la misma posición, pues muchas veces me encontraba sobre la escena y la miraba desde arriba. Cuando algo era más oculto, reservado o incomprensible, lo veía yo desde el interior o intuitivamente y algunas veces lo veía en imágenes fuera de la respectiva escena.

En el tiempo de Jesucristo, veía a los hombres mucho más malos que ahora, pero en cambio había otros mucho más piadosos y sencillos; como la diferencia que existe entre un tigre y un cordero. La persecución de los justos consistía en ejecuciones y suplicios. Ahora se manifiesta la tibieza y la indiferencia. Hoy a los justos se le hacen burlas, desprecios, sarcasmos, tentaciones prolongadas y esfuerzos en corromperlos.

Sus Visiones de la Tierra Prometida

“Si hubiese tenido ocasión desde niña de relatar mis visiones, sería capaz de reproducir con mi narración la mayor parte de los caminos y lugares de la Tierra Santa, puesto que los tenía vivamente ante mis ojos, y ningún otro lugar me era tan conocido como Palestina.” Clemente Brentano expresaba: “Sus viajes a la Tierra Santa los hacía por los caminos más diferentes, el destino de estas peregrinaciones diarias que hacía en sueños, era siempre la Tierra Prometida, que ella observaba con los mayores detalles, que veía en su estado actual como en el estado en que se encontraba en diversas épocas de la Historia de Israel y tenía una intuición directa, inaudita de la Historia del Viejo y Nuevo Testamento”.

Visiones de sus antepasados

“He visto mi bautizo, estaban mi Ángel de la guarda y mis santas patronas, santa Ana y santa Catalina. Vi a la Virgen con el Niño Jesús y fui desposada con él, a través de la entrega de un anillo. Vi a todos mis antepasados, hasta el primero de ellos que fue bautizado y conocí en una sucesión de símbolos, todos los peligros de mi vida futura. Sentí la impresión que me producían mis padrinos y parientes, y tres mujeres que me eran antipáticas. He visto al primero de mis antepasados que fue bautizado en el siglo séptimo u octavo y que edificó una Iglesia. Entre ellos, vi varias monjas, de las cuales dos fueron estigmatizadas sin ser conocidas por ello, y vi a un ermitaño, que había sido hombre importante, había tenido hijos y luego se había retirado del mundo. Vi brillar en la Iglesia los huesos de los santos, los que resplandecían sobre ellos.”

“Al volver a la casa, pasé por el cementerio, advertí el estado de las almas de los cuerpos que reposaban allí, esperando la resurrección. Entre ellos observé con respeto algunos cuerpos que brillaban y resplandecían magníficamente.”

Su Opinión sobre supuestas visiones diabólicas

Observaciones de Ana Catalina sobre las características y “formas” de las visiones de los adivinos y la brujería.

En los primeros cultos idolátricos, el agua era considerada algo sagrado: los idólatras efectuaban todos sus cultos y sortilegios cerca del agua. Y sus estados de trance visionario y profético se provocaban observando el agua. Acondicionaron así estanques “sagrados” destinados a ese uso. Más tarde, ya no necesitaron más del agua para provocarse estados de trance o visiones. Tuve la oportunidad de percibir sus malas visiones y era completamente curioso: era como si todo el universo se reencontrara bajo el agua, con todos los elementos que normalmente están encima de la tierra, pero todo estaba velado como en una esfera oscura. Veían un árbol bajo árbol, una montaña bajo una montaña, el mar bajo el mar etc. Supe que estas mujeres entregadas a la magia, con la influencia del demonio, percibían de este modo en forma anticipada todos los acontecimientos: las guerras, el estado en que se encontraban los distintos pueblos, los peligros, etc.

Veían todas estas cosas como actuales, pero ellas mismas de hecho, actuaban inmediatamente, según las visiones que habían tenido. Ellas pensaban: aquí hay personas que pueden ser derrotadas, que pueden ser vencidas, que pueden ser asaltadas por otro. Aquí se puede edificar una ciudad y más allá hacer una fortaleza. Si veían mujeres u hombres de mejor raza o categoría, estudiaban la forma de seducirlos o corromperlos. En otras palabras, todas las malas obras estaban planeadas según estas visiones diabólicas. Sus propios desordenes y orgías las veían de antemano para luego ejecutarlas según cómo se les habían sido mostradas.

Así es como las brujas eran sentadas en los templos, en recámaras con extraños asientos y con distintas clases de espejos; luego sus visiones eran relatadas e interpretadas por los sacerdotes idólatras a cientos de hombres. Ellos las dibujaban y las grababan sobre las paredes, en piedras de cuevas subterráneas. Todas estas prácticas se difundieron fuertemente en Egipto.

Me extraña, que yo pudiese ver todas estas malas artes y obras de las tinieblas en distintos lugares. Eran practicadas en forma muy similar, pero por diferentes personas y todas con los mismos fines. Vi acciones similares y cosas que se realizaban en sitios diferentes, pero con instrumentos parecidos y eran utilizados para causar el mal. La única diferencia entre ellos, eran sus distintas costumbres, pues variaban según el pueblo o tribu que las ejecutaban y también variaban por el grado de depravación en el cual habían caído.

Mujeres como Semiramis, que practicaban la brujería, eran grandes, robustas y fuertes, de una estatura tal, que casi nos provocarían miedo en la actualidad. Eran de una agresividad, de una insolencia y de una vivacidad increíbles y actuaban con gran seguridad, ya que por obra de los malos espíritus veían de antemano los acontecimientos. Se sentían seguras; obraban como si fuesen seres superiores, y como tales eran consideradas por los demás. Eran una réplica exacta de esos brujos desesperados que desaparecieron de su alta montaña durante el Diluvio Universal. Las hechiceras “provocaban” sus profecías, porque las ilusiones conjuradas por los malos espíritus les incitaban a las malas acciones, que causaban los dolores (enfermedades) que anunciaban.

Moisés, en cambio, “seguía” sus visiones de orden divino. Éstas consistían en recomendaciones e informaciones verídicas dadas por Dios a él. El entregaba su voluntad mansamente y realizaba todas sus acciones según las directrices de Dios, El que le iba dictando lo que debía hacer, advirtiéndole los resultados que obtendría, o sea le prevenía sobre hechos reales, que podían estar ocultos o ser futuros. Estos hechos, Moisés no podía saberlos con anticipación, sólo a través de Dios. Él incluso le señalaba la reacción que debía tener ante ellos.

Cuando Jesucristo vino a al mundo y regó la tierra con su sangre, la fuerza maléfica de estas prácticas se atenuó y la brujería perdió gran parte de su poder y sus efectos fueron más débiles desde entonces. Moisés desde su infancia fue un vidente, pero lo fue por dirección divina. El se guiaba por las cosas que veía, porque venían del mismo Dios.

Algunos no habían caído en estas abominaciones y no se alejaron tanto de la verdad; por ejemplo la familia de Abraham, las razas provenientes de Job y los Tres Reyes, como también los adoradores de estrella de Caldea y aquellos que tenían la Estrella Brillante (Zoroastro). N. del T. Zoroastro (c. 630-550 a.C.), profeta persa. Se cree que fue sacerdote. Prohibió los ritos orgiásticos. Influyó en el pensamiento occidental, en Platón y Aristóteles. Creó un credo monoteísta. Su disciplina fue parecida a la descrita en los Rollos del Mar Muerto. Actualmente tiene unos 80.000 seguidores en la India y unos 18.000 en Persia.

 

Es impresionante ver cómo los justos y los patriarcas debieron luchar y sufrir en medio de estos desórdenes espantosos, a pesar de las numerosas revelaciones que recibían de Dios y cómo la Salvación pidió prestado caminos escondidos y laboriosos, para revelarse finalmente sobre la tierra, mientras que todas estas prácticas diabólicas proliferaban y se extendían a plena luz. Cuando yo veía todo aquello ¡este círculo de actividades infames alrededor de estas diosas y el culto que le rendían, y por otra parte el ejército pequeño que rodeaba a María, semejante a esa simbólica pintura de la nube de Elías. Los filósofos de Chipre procurando conectar sus abominaciones mentirosas con la verdad, pero luego veo a Jesús cumpliendo la Promesa, Él de pie frente a ellos, pobre y paciente, para enseñarles y luego caminando hacia el sacrificio de la Cruz! ¡Oh, esto me era tan doloroso!

Al final está la historia de la verdad y de la luz que algunas veces brilla en la oscuridad, pero la oscuridad no la entiende. Así siguen las mismas viejas costumbres y los mismos pecados hasta nuestros días.

Pero la misericordia de Dios es infinita. Vi en el curso del Diluvio a muchos hombres convertirse bajo el efecto del terror y de la angustia de ir al Purgatorio. De allí, Jesús los liberó en el momento en que bajó a los infiernos. Pude ver muchos árboles de raíces profundamente arraigadas en el curso del Diluvio, que luego reverdecieron, pero la mayoría fueron derribados y se destruyeron.

 

Otros Testimonios de sus Visiones

Dr. Guillermo Wesener, su médico personal

“Conocía la vida de Jesús hasta en los menores detalles, como si los hubiera visto de uno en uno. Y del mismo modo conocía la vida de la Madre de Jesús. Se sentía asombrada, extrañándose que se le mostraran las cosas de modo tan vívido, aunque no aparecía así en los libros”. Le dice al Dr. Wesener: “Soy perfectamente capaz de distinguir entre lo imaginario o la ilusión por un lado y la realidad por otro lado. Ya me ha ocurrido hacerme una viva representación de una cosa hasta llegar a creer que la veía realmente, pero siempre he sabido cambiar de opinión. Pues bien, lo que acabo de decir no es imaginación: podéis tomarlo con la mayor seguridad como, por otra parte, todo lo que os describo como habiéndolo visto u oído con certeza.”

Bernardo Overberg, su director espiritual extraordinario

«Ana Catalina a menudo tuvo desvanecimientos (es decir momentos de éxtasis) en el convento, especialmente cuatro años antes del cierre del establecimiento. Las visiones le venían en cualquier parte, en el trabajo, en el monasterio, en el jardín, en la iglesia y en su celda. Entonces ella se desplomaba y quedaba extendida sobre la tierra. La mayoría de las veces, esto le pasaba cuando estaba completamente sola; algunas veces también tuvo pequeños ataques en el refectorio, pero le pedía a Dios no tenerlos allí. A menudo creía que ella no había perdido el uso de sus sentidos o sólo habían pasado unos minutos, pero al mirar la hora, reconocía que esto había durado mucho tiempo.»

« Cuando le preguntaba, si distinguía entre los desvanecimientos causados por la debilidad y los éxtasis, respondió: “en los desvanecimientos de debilidad, me siento mal, sufro tanto algunas veces en mi cuerpo, que me parece que voy a morir; en los otros no siento mi cuerpo, a menudo estoy totalmente alegre, algunas veces también estoy triste. Me regocijo de la gran misericordia de Dios hacia los pecadores a quienes viene a buscar, para atraerlos y los acoge a continuación con tanto amor. Luego me entristezco por los pecados de los hombres y me quejo, porque Dios es ofendido tan horriblemente.”

“Asistía a la ceremonia santa con una devoción extrema. Cuando el sacerdote comenzaba las oraciones, se transportaba en espíritu sobre El Monte de los Olivos y contemplaba allí a Jesús.”

Durante la comunión, pensaba en Jesucristo postrado en la tumba y le rogaba, enterrar al hombre viejo, para ver al hombre resucitado.

En cualquier momento, cuando oía algún canto o el órgano, decía: “¡oh! ¡Qué belleza es ver así, todo en perfecta armonía! ¡Las cosas inanimadas forman entre ellas una amable armonía, porqué los corazones de los hombres no hacen lo mismo! ¡Cuán maravilloso sería! “Y entonces no podía abstenerse de llorar.

Carl E. Schmöger (1819-1883). Su Biógrafo y Editor

Quién escribió la biografía más extensa y editó la mayor parte de las obras de Ana Catalina, se expresaba así de sus Visiones y Revelaciones: « Ana Catalina, viendo multiplicarse las contemplaciones más variadas, a menudo se encontraba sin orientación y sin ayuda ante difíciles dudas y esto le provocaba sufrimientos. Esto fue para ella una carga pesada y que sin la asistencia continua, inmediata y personal de su novio celestial, habría sucumbido al dolor. Volviéndonos a su primera infancia, durante la cual era ya favorecida con las visiones más ricas en relación a la historia de nuestra Redención, se reconocerá fácilmente que a partir de ése tiempo, se preparaba para la grandeza de su tarea futura. Porqué, entre estas contemplaciones de una riqueza infinita, donde a su vida interior se agregaba lo que contemplaba, su alma maduraba y llegaba por grados a la fuerza increíble que le hacía falta, para contemplar también el lado tenebroso de las visiones, es decir el desarrollo del misterio de iniquidad o el combate contra el enemigo de nuestra salvación, y así debió entrar en lucha con las fuerzas del mal, de manera similar como lo hacían los otros santos. »

« Ana Catalina jamás había deseado las visiones y los dones extraordinarios: los había recibido de Dios y sabía que era un poder concedido sólo a ella y no a otros. »

“Así estaba orientada sin cesar hacia su Señor en el Santísimo Sacramento, como la flor hacia el sol; todo lo dirigía hacia Él, su cuerpo y su alma, sus pensamientos y sus sentimientos, con todos los tesoros de los cuales su corazón estaba lleno; hacía subir hacia Él, el perfume dulce del amor y del sufrimiento. Y sus sufrimientos durante el Santísimo Sacramento eran tan grandes como su amor”

 

El conde Federico Leopoldo de Stolberg

Ana Catalina, que en su niñez había cuidado de las vacas y trabajado en el campo, se expresa con ternura y usa un lenguaje noble, que por cierto no aprendió en el convento; cuando habla de religión, no solo manifiesta dignidad y discreción, sino un espíritu verdaderamente ilustrado. Todo lo que dice respira ingenio, alegre afabilidad, sabiduría y amor. No hay en ella señal alguna de afectada gravedad, porque el amor no entiende de artificios. En todas sus palabras, obras y sentimientos se refleja lo sublime: el amor de Dios, la paciencia y la caridad hacia todos.

« ¡Que felices somos al conocer a Jesucristo! ¡Cuanto más difícil es a los incrédulos acercarse a Dios! »

León Bloy, gran escritor y polemista francés (1846-1917)

«Estando enfermo, un día de cuaresma, leí por primera vez La Dolorosa Pasión. Yo no tenía más de veinte años, y no recuerdo otra cosa sino que un torrente de delicias, una lluvia de lágrimas. Me vi en mi lugar, en el polvo y en la basura, y sentí pasar sobre mí la belleza divina.»

Edmond de Cazalès (1804-1876)

Fue el primer traductor al francés de La Vida de Ana Catalina Emmerick de Karl-Erhard Schmöger; consideraba que las visiones de Ana Catalina son más que una paráfrasis del Evangelio (por lo que algunos han llegado a decir que es un quinto evangelio) y ésa fue la razón, porque los obispos alemanes animaron al famoso poeta Brentano a transcribir sus visiones. “La orientación que debemos tener para saber, si una revelación es buena o mala, es primero su lealtad al Evangelio, segundo, la guía dada por Nuestro Señor: “por sus frutos los conoceréis” y tercero la obediencia, la humildad, la mortificación y la caridad profesada por el vidente. Todas estas cualidades las cumplió la Estigmatizada de Dülmen. Además si consideramos la sinceridad completa de Brentano, su vida jubilada y su piedad, son garantías ampliamente suficientes”. Posteriormente Cazalès agrega: “su libro es altamente poético, pero sin pretensiones literarias; es además inusualmente edificante para muchos corazones y sin duda producirá un cambio duradero en la vida.”

 

Su Hierognosis y su reconocimiento de reliquias

Su capacidad de reconocer y discernir sobre el origen y pertenencia de objetos antiguos, de distinguir lo verdadero de lo falso y en éxtasis contemplar imágenes de la biografía de su dueño es completamente asombrosa.

“Se me ha dicho que ninguna persona tuvo jamás el don de discernir las reliquias en el mismo grado en que se me concedió a mí; y la razón es que estas cosas están en deplorable decadencia y es necesario mejorarlas “

“Los santos a quienes pertenecían las reliquias se me acercaban desde los coros celestiales y cada uno me decía “estos son mis huesos”.

“Durante las vigilias miro siempre las reliquias que llevo conmigo, y a veces veo grupos de pequeñas y lejanas figuras humanas en medio de nubecillas, que están sobre mí, mirando en dirección a las reliquias. Luego cuando me repliego en mi misma, veo como esas figuras se aproximan a los relicarios donde reposan sus huesos luminosos.”

“Veo la bondad y los efectos de las cosas benditas, como cosas que santifican y salvan, como luz que difunde luz. La maldad y la maldición las veo oscuras y tenebrosas, produciendo efectos de perdición. Veo la luz y las tinieblas como cosas vivas, que producen por sí mismas luz o tinieblas.”

Ana Catalina Emmerick tenía el don de lo que se ha definido como hierognosis; especialmente al reconocer la hostia consagrada de la que no lo está. En esto destacó admirablemente la religiosa agustina. Le hicieron varias pruebas, llevándole hostias sin consagrar e inmediatamente se daba cuenta. Éste es un don sobrenatural, que permite distinguir claramente los objetos bendecidos de los que no lo están y las hostias consagradas de las que no lo son, así como las reliquias verdaderas de las falsas. Dice en sus escritos: “Veo la bendición y sus efectos sobre las cosas benditas, como gracias que santifican y salvan, como luz que difunde luz; y lo malo, la culpa, la maldición, las veo como cosas oscuras y tenebrosas, produciendo efectos de perdición… He visto cuán admirables bendiciones nos vienen al oír la misa y que por ellas son impulsadas las buenas obras y, muchas veces, el asistir a misa a una sola persona de una familia basta para que las bendiciones del cielo desciendan ese día sobre toda la familia……Podía saber a quién había pertenecido un hueso, si había pertenecido a una persona buena o no, si había pertenecido a un santo e incluso si un objeto o reliquia se relaciono a un Santo Apóstol o a Nuestro mismo Señor.

 

Su manera de orar

 

Bernardo Overberg, su confesor extraordinario

Ella explica en estos términos su manera de hacer la oración ” En el convento, así como antes de entrar a él, siempre oro por las almas del purgatorio y por los pecadores, allí también oraba por sus compañeras. Salvo las oraciones a las que fue obligada a llevar a cabo conforme a la regla, hacía pocas oraciones vocales pero muy frecuentemente jaculatorias. (Oraciones vocales breves que ayudan a mantener la presencia de Dios a lo largo del día. Son palabras de amor, expresiones de cariño vivo, que salen naturalmente del alma. Aparte de las que salgan espontáneamente, hará falta aprenderse algunas de memoria). Su oración acostumbrada, consistía en hablar a Dios como un niño a su padre: generalmente conseguía lo que le pedía con una insistencia particular.

El Deán Rensing, párroco de Dülmen

“Hacía las oraciones comunes con las hermanas según ellas fueran prescritas, y también otras oraciones vocales que tenía que hacer. Pero cuando oraba por otra persona lo hacía

mentalmente, le presentaba a Dios su demanda y le pedía del fondo del corazón cumplirlo: añadía el Padre Nuestro o alguna otra oración corta y a menudo llegaba hasta entrar en contestación con Dios.

 

“Además, practicaba de mejor gana la oración mental, que la oración vocal. Se hacía primero esta pregunta:”¿quién deberías ser y quién eres? “Iba luego cada vez más adelante, de manera que su meditación duraba a menudo mucho tiempo y ella misma no sabía cómo había pasado, de un punto al otro. ”

 

Clara Soentgen, antigua amiga y compañera, quien descubrió sus estigmas.

 

“La hermana Emmerick me contó que, desde la Ascensión del Señor hasta Pentecostés, siempre había sido entregada a una contemplación interior, donde veía a los discípulos reunidos en una sala para preguntar al Espíritu Santo, y que ella misma se encerraba con ellos en esa sala. Se quedaba en este estado de contemplación cuando estaba en compañía o sola. Esto ya lo realizaba antes de su entrada al convento y, durante estos días, solía recibir muchas veces la santa comunión. En el convento, a menudo estaba sumergida en ésta contemplación, en la mesa, donde me sentaba cerca de ella estuve a menudo obligada a sacudirla para que recobrara su atención.

Ana Catalina misma explica lo siguiente respecto al modo de orar a Dios

En el convento, me regocijaba siempre por anticipado cuando debíamos cantar himnos y responsos en latín. La fiesta entonces estaba más viva para mí y veía todo lo que cantaba. Particularmente cuando cantábamos en latín las letanías de la Virgen Santísima, veía allí sucesivamente en una visión maravillosa todas las figuras simbólicas de María. Era como si mis palabras pusieran de manifiesto estas imágenes. Al principio estaba totalmente asustada por esto; pero luego esto fue para mí una gracia y una ayuda que excitaba mucho mi devoción. Vi allí las imágenes y cuadros más admirables.”

“Yo veo salir de la boca del que esta orando un trazo de palabras, como un rayo de luz que llega hasta el trono de DIOS.”

“Tuve desde niña la costumbre de orar para evitar las desgracias de los hombres. Después tuve visiones de estas desgracias

evitadas. Si a veces no hacía las oraciones, veía desgracias como incendios o naufragios cerca o lejos.”

“Miro a los que oran y veo salir de algunos, como una flor de su boca, que sube al cielo. Del que hace oraciones distraído, sale una hierba mascada, que cae el suelo.”

“Moisés oró con los brazos abiertos. A esta oración no resiste DIOS, porque su HIJO oró con los brazos en la cruz.”

“Yo pretendía todo de Dios, siempre pretendía más y más, y lo conseguía todo. Era atrevida con Dios y pensaba: El lo tiene todo y le gustará de buena gana que le pidamos con confianza.”

“La oración que más agrada a Dios, es la hecha para otros y especialmente para las pobres almas. Recen por ellas, si desean que sus oraciones atraigan mayor interés.”

“He visto que las oraciones que más responde Dios, son las que se hacen con el corazón, y he visto claramente que el amado Dios sólo mira el corazón durante la oración.”

 

 

 

BIBLIGRAFIA

  • The Lowly Life and Bitter Passion of OUR LORD JESUS CRIST And HIS BLESSED MOTHER together with THE MYSTERIES OF THE OLD TESTAMENT from the Visions of Venerable Anne Catherine Emmerick As Recorder in the Journal of Clement Brentano AND EDITED BY VERY REV. C. E. SCHMÖGER, C. SS. R. 1914. VOLUME I-IV. Published by DESCLÉE, DE BROUWER and Co THE SENTINEL PRESS 185 East 76 Th. ST New York.
  • Ana Catalina Emmerick “Visiones y Revelaciones” Tomos 1-5 Editorial Guadalupe Agape Libros, 2006 Buenos Aires.
  • Visiones y Revelaciones Completas. Según las Anotaciones de Clemente Brentano, Bernardo E. Overberg y Guillermo Wesener. Versión castellana del R.P. José Fuchs S.D.B. Visiones de los Apóstoles, de los Mártires y de los Santos. Discernimiento de las Reliquias. Editorial Guadalupe. Buenos aires. http://www.scribd.com/…/Ana-Catalina-Emmerick-Visiones-y-Revelaciones-4 –
  • Biografía de la Beata Anne Catherina Emmerich (1774-1824) Mística, Estigmatizada, Visionaria y Profeta. Religiosa de la Orden de San Agustín, en el Convento de Agnetenberg, Dülmen, Westphalia. Beatificada el 3 de Octubre de 2004, por el Papa Juan Pablo II. De los registros de Clemente Brentano. Traducido por Marcelo. -Joachin Blouflet. “Ana Catalina Emmerick”. Ediciones Palabra 2005 Madrid.
  • La flecha elegida. Cristóbal Serra. Ediciones Cort. Enero 2004
  • Ana Catalina Emmerick. Vista con los Ojos de una Ortodoxa. Lina Murr Nehmé –
  • Vie de Anne Catherine Emmerich. Père Schmœger.T 1-3. http://www.Livres-mystique.com -Anne Katherine Emmerich: ¿El quinto evangelista? Conferencia de Mn.Artur Migas en la Pquia. Purísima Concepción. Barcelona. 9-10-2008
  • Panorama Católico Internacional http://www.capillacatolica.org
    Veröffentlichung der Visionen de. http://www.duelmen.de/kultur_bildung/stadtarchiv/anna_katharina_emmerick/visionen.htm

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